¡Hora de repasar!
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El verbo es la palabra que describe acciones, estados de ánimo o fenómenos naturales.
Las formas verbales varían según la persona, el número, el tiempo y el modo.
El verbo está compuesto por un lexema, o raíz, y un morfema, o desinencia.
La raíz (lexema) es la parte que no cambia y la desinencia (morfema) es la parte que varía para aportar información sobre la persona, el número, el tiempo y el modo.
La persona de las formas verbales indica quién realiza la acción del verbo. Existen tres tipos de persona: las que hablan (yo, nosotros/as), las que escuchan (tú, usted/es) y de las que se dice algo (él/ella, ellos/as).
Las formas verbales pueden indicar una sola persona (singular) o varias personas (plural).
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Los tiempos verbales indican el momento en el que se realiza la acción: pasado, presente y futuro.
Los modos verbales son las maneras en las que puede expresarse el verbo. Existen tres modos verbales: indicativo, describe situaciones reales; subjuntivo, expresa deseos y dudas, e imperativo, indica órdenes.
Los verbos regulares mantienen la misma raíz (lexema) en todos los verbos de la misma conjugación.
Los verbos irregulares cambian su raíz (lexema), su desinencia (morfema) o ambas cuando se conjugan.
Las formas no personales del verbo son tres: infinitivo, gerundio y participio.
El infinitivo es la forma básica del verbo: abrazar, aprender, subir.
El gerundio indica una acción que todavía se está realizando: abrazando, aprendiendo, subiendo.
El participio se refiere a una acción terminada: abrazado, aprendido, subido.
¡Hasta aquí todo sobre el verbo! Se pasó rápido, ¿verdad? ¿Y todo lo que aprendimos juntos en el parque? ¡Te espero para nuestra próxima aventura!
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